Abogado y policías afrontarán juicio oral por protección a narco brasileño

Un abogado y dos policías acusados de brindar protección al narco Eduardo Aparecido de Almeida, alias Piska, vinculado al grupo criminal brasileño Primer Comando Capital (PCC) en nuestro país, afrontarán juicio oral.

Así lo resolvió el juez penal de garantías Yoan Paul López, quien admitió la acusación presentada por la fiscala antidrogas Lorena Ledesma.

La resolución establece que el abogado Jorge Cristaldo afrontará los cargos de frustración de la persecución penal y asociación criminal, mientras que el comisario Hugo Adalberto Ayala y el oficial 2° Carlos Alfredo Mendoza harán lo propio por ambos delitos referidos y también por el hecho punible de “realización del hecho por funcionarios”.

Esta causa se abrió tras la captura del narco brasileño Eduardo Aparecido de Almeida, alias Piska, capturado el 18 de julio del 2018 en una lujosa vivienda ubicada en la calle Austria entre Bélgica y Viena del barrio San Cristóbal de Asunción.

Junto con Piska –quien contaba con cinco órdenes de captura emanadas de la justicia brasileña– cayeron presos el también brasileño Ricardo Moraes Alves, quien sería un colaborador cercano, y el oficial 2° Mendoza.

El agente, asignado a la comisaría 4ª de Asunción, custodiaba al capomafioso, además de facilitarle sus documentos personales para movilizarse por la ciudad e incluso realizar compras.

Mendoza fue asignado a la casa de Piska por el propio jefe de la Comisaría 4ª, el comisario Ayala.A su vez, Cristaldo fue acusado por realizar trámites ante la Dirección General de Migraciones de Paraguay para radicar a Piska en nuestro país, pero bajo la identidad de Fernando Ferreira Silva, para lo cual utilizó documentación original de contenido falso.

Asimismo, el letrado facilitó la compra de electrodomésticos, alquileres de casa, embarcaciones y vehículos de alta gama, en algunos casos a su nombre, entre otras gestiones.La defensa alegó que los acusados actuaron de buena fe, pero la Fiscalía las conversaciones obtenidas de los celulares incautados evidencian que sabían la situación real del narcotraficante.